He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido como verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidos tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto. René Descartes; Meditaciones metafísicas en las que la existencia de Dios y la distinción real entre la mente y el cuerpo son demostradas,1641.
Una vez más volvemos. Una vez más, lo sentimos en lo más profundo de nuestros cuerpos; y lógicamente una vez más, nos levantamos de la mano; nos ayudamos y nos paramos, una vez más el negro se tiñe de gris y de gris a blanco, a un blanco hermosamente pasajero.
Tenía que volver algún día por estos pagos, realmente teníamos que volver por estos pagos... Siento que casi era como una cita obligada que siempre dejaba para más adelante, quizás era demasiado difícil afrontar algunas cosas o reconocerlas como parte de un pasado que nunca intenté olvidar, quizás era demasiada la carga de emociones que me acorralaban cuando tecleaba el nombre de este blog o quizás sean todas exageraciones mías (porque no olvidemos que "soy alguien muy exagerado"). Pienso que la cuestión primordial del hecho de recordar vive básicamente en los "fantasmas" que uno tiene siempre alrededor, estos fantasmas serían creados entonces por la sensación individual de pensar que todo deja una estela de tormento y amargura cuando se esfuma; el ardor entonces se hace real y empieza a atacar nuestras moléculas y a quemarnos como si fuéramos pequeños pedazos de algo muerto. ¿Pero, realmente están muertos los pedazos? Claramente no del todo.
Entonces debería dejarme de vueltas sin sentido y básicamente terminar con lo que intento decir (intentar, claramente intento), hemos pasado por momentos duros, tanto juntos como separados, hemos experimentado alegrías y tristezas, nos fuimos metiendo lentamente en un pozo del cual casi no salimos (o por lo menos yo), pero las piezas se fueron armando casi a propósito y cuando todo parecía nubes negras en el Cielo de nuestras vidas, el Sol de tu presencia lo despejó y aclaró, lo lleno de vigor y de celestiales colores con arco iris flotando por doquier y ligeras lluvias sanadoras regando los campos del amor, bueno, se entendio, ¿no? Siempre repetí este "discurso" incluso en tiempos realmente pasados, pero es que no me canso de decirlo porque es enteramente mi verdad, porque vos lo sos.
Nunca nada dolerá tanto como la ausencia de tu maravillosa perfección, nunca nada dolerá tanto como tus lágrimas de angustia cayendo y cayendo. Ninguna enfermedad ni ninguna sensación, superarán jamás a mi amor por vos.
Porque "
Vos me das los mejores días, mis momentos con vos son siempre de felicidad"